Lentigos

Con el paso del tiempo es habitual que aparezcan diferentes tipos de manchas en nuestra piel. Las más frecuentes son los lentigos: manchas marrones pequeñas, con forma estrellada o redondeada, situadas en las áreas crónicamente expuestas al sol (dorso de las manos, escote, parte alta de la espalda y cara). Suelen aparecer a partir de los 40 – 50 años y cada vez son más notables a medida que pasan los años, por eso son nombradas “manchas de la edad” o incluso “flores de cementerio”. Su principal causa es la exposición solar acumulada. Es lógico, entonces, que con los años (y, por tanto, más luz solar acumulada) aparezcan en mayor cantidad.

Los lentigos no son malignos ni pueden evolucionar a ninguna lesión cutánea maligna. Sin embargo, indican que la piel ha recibido una carga alta de radiación y es signo de más riesgo de poder padecer un cáncer de piel. De manera aislada, pero, solo suponen un problema estético. Son un motivo de consulta muy frecuente, ya que el paciente habitualmente prefiere eliminarlos por el hecho que su aparición se relaciona con un signo de edad avanzada.

El pigmento de los lentigos es suficientemente profundo como para que no pueda ser eliminado con la aplicación de cremas cosméticas despigmentantes. Desafortunadamente no son útiles para tratar este tipo de manchas. Los lentigos desaparecen con el tratamiento con láser: su luz impacta específicamente el pigmento y lo fragmenta, para que nuestras defensas lo eliminen. Si las lesiones son numerosas normalmente hay que realizar 2 – 4 sesiones de laser despigmentante (luz pulsada o Alejandrita Q switched) para hacerlas desaparecer. Si existen lentigos únicos, muy grandes o con cierto grosor (hiperqueratosis) es más apropiado usar el láser de CO2, que realizar un peeling superficial pero suficientemente profundo como para eliminar la mancha. Mediante uno u otro tipo de dispositivo es posible eliminar los lentigos de forma definitiva con mínimas molestias (el procedimiento puede ocasionar una costra muy superficial de 2 – 4 días de duración).

¿Qué podemos hacer para evitar que nos salgan más lentigos? La protección solar con FPS50 y evitar las horas de mayor radiación solar son indispensables. También podemos reducir el riesgo de aparición aplicando una crema que lleve retinol (vitamina A) i Vitamina C, prescrita bajo tratamiento con el dermatólogo.

Para más información, haz clic aquí