Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea crónica, muy frecuente y de origen inflamatorio. Por motivo desconocido, en la piel de las personas que sufren este trastorno hay un exceso de células inflamatorias (linfocitos) que son los causantes que la piel esté permanentemente irritada y que ocasione picor. También es caracterizada por un defecto de producción en la cantidad y calidad del sebo natural de la piel. El cual posee importantes funciones sobre el epitelio cutáneo, entre las cuales destacamos mantener la hidratación y la respuesta inmunitaria frente a agentes infecciosos externos.
Esta enfermedad afecta habitualmente a niños y niñas (30% de la población infantil) que, por los motivos nombrados, presenten piel seca y eczemas con tendencia a infectarse. Se manifiesta con aspereza al tacto de la piel y placas rojas, descamativas y que ocasionan un picor intenso (eczemas) en diferentes zonas del cuerpo. Generalmente cursa en brotes, con períodos de mayor estabilidad y otros en que aparecen lesiones muy pruriginosas.
Los trastornos inflamatorios de la piel suelen responder a la aplicación de corticoides, pero es habitual que la dermatitis atópica afecte una gran parte del cuerpo o tenga un curso crónico, cosa que contraindica el uso de estos fármacos por sus efectos adversos. Por este motivo resulta especialmente útil tratarla con fototerapia. La fototerapia es la aplicación de radiación ultraviolada de tipo A y/o B (como las que emite el sol) dentro de una cabina. Es el tratamiento con el mejor perfil de eficacia/seguridad/coste a día de hoy, por encima de los medicamentos biológicos. La radiación ultraviolada tiene un efecto anti-inflamatorio sobre la piel si se usan las dosis adecuadas y durante el tiempo necesario. Tiene la ventaja de ser un tratamiento muy rápido (la sesión dura escasamente unos minutos), que permite tratar grandes áreas corporales de manera simultánea, sin usar ningún preparado tópico y con una respuesta de mejora excelente en poco tiempo. Inicialmente se usa dos o tres veces por semana y una vez lograda la respuesta deseada se pasa a una pauta de mantenimiento de una sesión por semana o cada dos semanas.
El uso de fototerapia reduce la necesidad de aplicar corticoides o de tomar fármacos orales con potenciales efectos adversos. Se puede aplicar en niños, y los padres pueden estar con el niño durante los minutos que dure el tratamiento. Debido a su seguridad y eficacia es actualmente la opción óptima para el tratamiento de muchas enfermedades cutáneas inflamatorias.
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