Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica es un trastorno cutáneo muy prevalente en la población. Se caracteriza por la aparición de descamación y enrojecimiento, de aspecto untuoso, en las zonas más grasas del cuerpo: alrededor de la nariz, en la frente, las cejas y/o el pecho, principalmente. Una manera especial, particularmente frecuente, es la dermatitis seborreica del cuero piloso, conocida popularmente como “caspa”.
Todo y que se desconoce la causa exacta, la dermatitis seborreica está originada en parte por un exceso de producción del sebo cutáneo y por un aumento de la flora fúngica de la piel. Suele empeorar en épocas de estrés psicológico.
Normalmente se trata de un trastorno asintomático, todo y que puede llegar a causar prurito, sobretodo en la zona del cuero piloso.
Hay que remarcar que la dermatitis seborreica se tiene que considerar como una tendencia crónica que tienen algunos tipos de pieles, más que no un trastorno puntual que se resuelve de manera definitiva.
El tratamiento habitual es sencillo, aunque hay que mantenerlo (como mínimo un día por semana) para mantener la piel sin lesiones. La dermatitis seborreica se beneficia de diferentes opciones terapéuticas, como los antifúngicos para regular la flora cutánea, los antinflamatorios (corticoides, inhibidores de la calcineurina), queratolíticos (ácido salicílico, urea) o reductores (coaltar saponinat). Este último grupo de tratamiento, los reductores, son especialmente útiles para la dermatitis seborreica del cuero piloso, ya que existen en forma de champú y, aplicados dos o tres veces a la semana, permiten eliminar la caspa en la mayoría de ocasiones.
Muy a menudo se necesita un tratamiento de choque, más intenso, durante un periodo de dos o tres semanas, y posteriormente uno de mantenimiento, de duración indefinida, aplicado de forma ocasional durante la semana. Aunque el tratamiento es sencillo, la dermatitis seborreica suele ocasionar problemas estéticos notables al paciente que la padece, ya que aparece en zonas especialmente visibles como la cara, tal y como se ha mencionado. Por este motivo, merece la pena consultar con su dermatólogo para encontrar el tratamiento más simple y efectivo en su caso, para hacer desaparecer el enrojecimiento y la descamación.