Lunares
Todos los humanos tenemos pecas. Esto es especialmente cierto en las personas de piel clara y que han estado expuestas al Sol de manera activa o pasiva. Todo y que la inmensa mayoría de las pecas son benignas y a lo largo de la vida no se transforman en un cáncer de piel, es necesario que periódicamente nos las revisemos con el dermatólogo, ya que tienen un curso y pueden padecer cambios. Gran parte de los cánceres de piel aparecen en zonas aparentemente sanas, sin lesiones ni pecas previas.
No obstante, algunos melanomas (cáncer de piel muy agresivo y particularmente frecuente en gente joven) pueden originarse en una peca antigua. Las pecas (nevus melanocíticos) están compuestas por células pigmentadas (melanocitos) que se disponen como adoquines en la superficie de la piel. Estos meloncitos padecen cambios y se reproducen a lo largo de la vida, ya sea por exposición solar o de manera espontánea. Parte de estos cambios (displasia) pueden incrementar el riesgo de degeneración a células malignas y volverse un melanoma. Por este motivo, es vital que tengamos cuidado de nuestras pecas y estemos pendientes de las nuevas que nos aparecen y de los cambios que puedan padecer les antiguas. Los signos visuales que nos tendrían que alarmar son la coloración negra, el crecimiento rápido de la peca o su irregularidad en cuanto a forma o color. No obstante, estos signos acostumbran a aparecer en un periodo relativamente avanzado del tumor. Idealmente, se deberían detectar los cambios más incipientes con tal de evitar riesgos futuros realizando un tratamiento precoz. La herramienta que nos permite la detección precoz de cambios microscópicos en la estructura de las pecas y conseguir un diagnostico muy precoz del cáncer de piel es la Dermatoscopia digital. Mediante un escáner de pecas digitalizado (Fotofinder Bodystudio) nos es posible hacer un mapeo de todas las lesiones pigmentadas de una persona y detectar cambios mínimos que indiquen un riesgo de degeneración a cáncer. Además, nos permite realizar fotografías microscópicas de todas y cada una de ellas y almacenarlas con tal que en la próxima visita con el dermatólogo las podamos comparar y observar cualquier variación por pequeña que sea.
La Dermatoscopia digital corporal, una técnica pionera y totalmente innocua para el paciente, ha marcado un antes y un después en el diagnóstico precoz del cáncer de piel y hace posible la detección primeriza y la eliminación de cualquier peca que pueda tener riesgo de degeneración futura a un cáncer de piel. Al mismo tiempo, nos sirve para diagnosticar un cáncer de piel ya establecido, orientarnos sobre su grado de evolución y plantear el mejor tratamiento posible, sea o no con cirugía.
Por todos estos motivos es recomendable que, como mínimo una vez al año, visitar al dermatólogo para revisar con Dermatoscopia todas las pecas que tenemos y hacer un mapeo corporal para la prevención de futuros riesgos.
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